Introducción

lunes, 26 de octubre de 2020

San Antolín de Bedón

 



            Hoy, podemos observar nuestro Monasterio prisionero allá al fondo, tras unas rejas y candados, y nos están privando de poder observar la belleza de este pequeño Monasterio, único en nuestro Concejo del Románico.



            Politiqueos hacen que no podamos disfrutar de su belleza. Y es que por estos bonitos entornos de nuestro Concejo, no parece importar mucho lo de los monumentos , porque hubo un tiempo no muy lejano, que este precioso Monasterio, estaba totalmente abandonado, tanto que en más de una ocasión vimos cómo entraban y salían por aquella puerta caballos, o cómo se golpeaba cuando había vendavales, tanto es así que en más de una ocasión, hemos atado con cuerdas de las botas, las cancillas, para que no se golpeara.



            Ahora pasamos a ver, cómo han puesto una verja con  candado, hace años en su camino, y ya no se puede entrar ni a ver ni a hacer parada para los peregrinos ni nada.

            Hasta que un día, se venga abajo.



            Dicho esto, y tratándose de un Monasterio del Románico, del Siglo XI, como se puede uno imaginar, tiene una larguísima historia, leyendas y un sinfín de avatares, que vienen muy bien explicados en los libros de arte, así que trataré de contar, aquello que no es tan conocido.



            Este Monasterio, estaba adscrito al de Celorio y era su abad, quien nombraba a un monje que residente en San Antolín, daba en esta Iglesia el servicio parroquial a los pueblos de Naves, Rales y San Martín, colocados todos ellos en la margen opuesta del rio, por el que cruzaba un pequeño puente,  que con frecuencia se inutilizaba con las crecidas y por esta razón, Naves, solicitó y consiguió en juicio – pues los benitos, eran celosos con sus posesiones y malos para “mandados”- que el mencionado monje  se fijase en el mismo Naves y prestase el servicio espiritual en una ermita, que hoy es la Iglesia parroquial , la que – según cuentan- se surtió de los despojos de la de San Antolín .

            Los monjes, pasaron a vivir en San Martín de Bedón, pero eso ya os lo he contado  en una entrada que hay en este blog sobre San Martín de Bedón         .https://anagutierrezsanmiguel.blogspot.com/search?q=San+Mart%C3%ADn+ 



            La advocación de San Martín y San Antolín, están íntimamente relacionados con el sur de Francia, lugar de donde provenía la orden, que vino  a España a  raíz del descubrimiento de Santiago Apóstol y fueron creando Monasterios, para aliviar almas y cuerpos que peregrinaban hacia Santiago,  esa era una de sus principales normas.



            Cuentan……

            “Los vecinos de Con, en Cangas de Onís, tenían derecho a ser sepultados en el Monasterio de San Antolín de Bedón y a que uno de sus monjes fuera a buscar el cadáver para acompañarle a la collada de Piedrahita, y a cambio daban como ofrenda todos los años al Monasterio, una fanega de pan cocido.



            Tuvo este origen, según la tradición, de la siguiente manera:….. Había en San Pedro de Con, una capilla con ascensión de San Antolín, en la que se veneraba la imagen de este Santo. En triste día, una fuerte crecida del río, arrasó la capilla y se llevó el Santo, que por Cangas, Arriondas, Ribadesella y la mar, vino a parar al abra de San Antolín, donde fue recogido por los monjes, restaurado y colocado en la Iglesia.

            Más tarde, algunos vecinos de Con, vinieron en romería y reconocieron a su Santo. Entablaron una reclamación, llegándose al acuerdo de que la imagen del Santo seguiría en el Convento y los vecinos del pueblo de Con, tendrían derecho a ser enterrados en el Monasterio “  (José Saro y Rojas “Pequeñas Jornadas”)



            Dicen que San Antolín, lo fundó el Conde de Muñazán,  que andando un día de caza, vio cómo  un jabalí o similar, le burreaba  en círculo,  dejando a su pasar,  señales luminosas  con una  candela que llevaba en la boca  hasta llegar a la cueva donde tenía su garita. Entendió el Conde, esta señal como algo  divino, y entonces hizo levantar este Monasterio en el mismo lugar donde le sobrevino esta aparición.

            Como sea, la belleza del Monasterio, el entorno tranquilo,  “El Castañeu” replantado de árboles por “El Malagueño Miguel”, sus portadas, la trasera típicamente románica, queda ahora para el deleite de una sola persona, lo que me parece totalmente lamentable y a falta de cualquier interés por parte de los Mandatarios, hacia nuestra cultura, nuestra historia , y nuestro Patrimonio. El de TODOS