Hay
veces, en la vida, que tienes la suerte de encontrarte con ese tipo de personas
que vale la pena conocer.
Gente buena, que
viven en paz y sin molestar.
De las que
aprendes siempre cosas de todo tipo, porque gustan de compartir, por el mero
hecho de hacerte bonito, todo lo que a ellos se lo parece.
Capaces de perder
o “ajuntar” su tiempo al tuyo, con tal de hacerte disfrutar de momentos, que ya
luego te quedan para siempre como parte de ti.
Y a nada que seas
ducho en “gentes”, te los quedas como tuyos y para siempre sin más.
Porque es lo
mismo que no estén en el mismo plano en el que estás tú, ….lo importante, es
que siempre están y estarán contigo, pues de todos es sabido, que cuando
alguien con estas características, se te aparece en la vida, … se te mete en el
alma…. Y ya se queda aquí por siempre jamás, porque ya se sabe que sin alma no
se puede estar.
Hay días en la
vida, que no deberían de existir, que tendrían que estar prohibidos, porque
pretenden llevarte de tu lado este tipo de persona, que antes describí.
Pero esto no pasará, porque cerraré los ojos fuerte,
pensaré en mi habitante del alma, y al momento aparecerá con su pausada y
bajita voz, con sus zancadas largas y subiendo igual….por el Traviesu…por ejemplo… o
a lo mejor camino de Viango y entonces se volverá …… para indicar el mejor
paso…..y …todo será como siempre
.
Y esto he pensado.