Introducción

domingo, 4 de marzo de 2018

EL MONASTERIO DE SANTA MARÍA DE TINA - PIMIANGO




            Este precioso y apartado Monasterio,  pudo tener sus orígenes en los  siglo VII – VIII , con la implantación del cristianismo en éstas nuestras tierras. Es probable que los primeros pobladores por tanto fueran celtas, de manera que podría haberse tratado de , digamos un Monasterio familiar, regido por algún noble de la comarca, y por supuesto anteriores a los de la Orden de San Benito.

 Igual pudo haber sido  , un grupo de eremitas que vivían en un cenobio . Recordaros que los eremitas eran los que elegían  una vida solitaria , asceta ( de purificación)  de constante esfuerzo y sacrificio porque pensaban que así   era  como había que hacer para agradar  a Dios.

Cuando se traslada la corte a León, algunos cenobios pasan a depender de abadías castellanas y esto es lo que pasó con Santa María de Tina, que fue donada a Nuestra Señora de Lebanza en Palencia.
Estamos en el  Camino de Santiago por la costa.

 Muchos peregrinos cruzaban desde Bustio a Pimiango donde iban a visitar a San Emeterio, aquí “Santu Medé” porque éste Santo tenía fama de milagrero y además sanador  de huesos y claro aquéllas gentes que venían de tan lejos, qué más necesitaban que algún….. alguien que  hiciera algo por aliviar  aquéllos pobres pies, o arreglara algún hueso roto.
Los vecinos sacaron esta cantinela en aquellos tiempos que decía : "Quién va a Santu Medé, sin pasar por Tina, honra al Santu pero no a la Santina", por lo que una vez hecha esta visita, continuaban unos dos o tres kilómetros más para pernoctar en el  Monasterio de Tina, porque se decía por aquél entonces  que el que amanecía  allí, lo hacía mecido por   la Virgen en sus brazos, convirtiéndolo en una experiencia maravillosa.
Dichosu d’el pereginu
que cruza en Bustiu la ría
i que llega a descansar
xuntu a la Virxen de Tina.
Qué bien duerme el peregrinu
cuandu la Virxen le mece.
¡Ay, quien fuera peregrinu,

en Tina, cuandu amanece!

Es un lugar en el que puedes dejar escapar la imaginación y sobre el que hay muchas y algunas muy confusas leyendas incluso relativas a la Orden del Temple, pero es que el entorno parece que  te invita a dejar volar la  cabeza y trasladarte a otros tiempos.

Hoy estaba todo limpio, el Monasterio es precioso, y llama la atención el lugar en el que fueron a edificarlo.


El silencio, es total. No oyes ningún ruido, ni tan siquiera el mar, que está a escasos metros.
Y efectivamente compruebas  que existen lugares en el mundo, que ayudan a la reflexión, incitan a la paz, y apaciguan las almas.  Uno de ellos, es este lugar.