Cuando
el Sol y la Luna se vieron por primera vez, se enamoraron perdidamente y
empezaron a vivir un gran amor. Pero llegó el Creador de todas las cosas y
decidió que el Sol iluminaría el día y que la Luna iluminaría la noche y
tendrían que vivir por siempre separados. La tristeza fue tan total que la Luna
no podía con ello, entonces el Creador de todas las cosas le puso como compañía
a las estrellas.
Hoy
viven separados, el Sol finge que es feliz y la Luna no puede disimular
su tristeza. El Sol arde de pasión por ella y ella vive en las tinieblas de su
pena. Dicen que el Creador de todas las cosas había planeado que la Luna fuera
siempre llena y luminosa, pero no lo pudo llevar a cabo porque resulta que la
luna es mujer y una mujer tiene fases. Cuando es feliz, consigue ser llena,
pero cuando es infeliz es menguante.
Como el Creador de todas las cosas decidió que
ningún amor en este mundo podía ser imposible, creó el Eclipse.
Hoy el Sol y la Luna, viven esperando este
instante.
Cuando mires al cielo, a partir de ahora y
veas que el Sol cubre a la Luna, es porque el Sol se acuesta sobre ella y
comienzan a amarse, a este acto de amor es al que le llamamos Eclipse.
Recuerda que el brillo en éste instante es tan
grande, que te aconsejan siempre que no mires al cielo en ese momento sin protección,
tus ojos pueden cegarse al ver éste amor.
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