La finalidad y la cronología de los
verracos, siempre ha sido motivo de diferentes posturas y disputas.
Los esculpieron los vettones, y
están hechos de la piedra granítica que abunda en estos lugares, y estos habitantes se dedicaban a la agricultura
y a la ganadería.
Hay quienes defienden que los
Verracos tienen un significado mágico o religioso, relacionado con la
protección y la fertilidad de la ganadería, que era la principal fuente de
riqueza de estos pueblos.
Otros opinan, que, como muchos de
estos verracos fueron esculpidos en el interior de los recintos amurallados, o
en las entradas principales y los caminos, pues que su sentido era de defensa o
guardianes del poblado.
Y las últimas investigaciones,
intentan explicar que estos verracos en su mayoría, están localizados
junto a prados y pastos de excelente calidad , cerca además de
manantiales y fuentes de agua,- imprescindible para el ganado-, y a varios
kilómetros de los poblados.
Es difícil ponerse en la piel de
aquellas gentes, porque uno no puede imaginar cómo sería su vivir , o sea que
por mucho que intentemos…… lo que pasa es que, al ver estas extensiones tan
enormes, si que parece más probable que este último haya sido el motivo de construirlos,
ya que se ven desde mucha distancia. Y así las efigies, podrían cumplir una
función de hito en el paisaje, destinada a señalar un recurso, esencial para el
ganado y los pastos.
Y hoy, he podido comprobar, que algo
así eran, pues me fui a Tabera , que es un remoto pueblo de la provincia de
Salamanca, y gracias al Sr. Google Maps, llegué al Verraco, pues de otra
manera, habría sido imposible.
Es impresionante, porque lo ves
desde lejísimos, y está en el medio de una dehesa kilométrica, hoy llena de
encinas, y con piedras graníticas acabalgadas. Lo que más se ve es el Verraco,
y una vez que llegas a él, puedes ver que hay una charca y un pequeño riachuelo
por el que corre el agua, y eso que hay seca.
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