Sobre el Monasterio de San Pedro de Plecín
Cuentan los más ancianos del lugar,
como solo los mayores saben contar….. cómo a este medieval convento, trajeron
desterrado a cierto fraile, el cual había sido en la otra punta de Asturias ,
Abad
Explicaban
el motivo de su destierro a parajes tan
lejanos , y decían de él, que era un poderoso señor, y que allá en su Abadía,
vivió más como dueño feudal que como clérigo. Que era amigo de la buena mesa,
del buen vino y de mujeres……- buenas o malas-. Y así fue, que su desgobierno, terminó por
corromper a los monjes más jóvenes y la santa casa, y se convirtió en piedra de
escándalo por toda la comarca.
Tenía
además el monasterio un afamado escriptorium, del que salían bellos y
venerables códices. Pero pronto se copiaron también manuscritos poco santos,
referidos a ciencias mágicas y sobre todo prohibidas por la iglesia.
Indignados
los aldeanos, los ancianos monjes, el señor feudal y todos los vecinos…..
hicieron firme protesta….pero todo fue en vano, pues el “abad”, era protegido
de un afamado obispo con importantes influencias entre los altos dignatarios
religiosos y laicos.
Un
día falleció su protector y entonces tuvo que rendir cuentas. El mal abad fue
destituido y desterrado a un lejano convento benedictino, este de Precín y sometido a la estricta norma monacal. Pero
a comienzos del siglo XIV, llegó la hora del anciano pecador y fue llamado a
presencia divina. Al indagar entre sus escasas pertenencias, se encontró un
antiguo códice de magia negra . El grimorio, bellamente ilustrado cual si de un
santo “libro de horas” se tratase, contenía toda clase de fórmulas : filtros
para enamorar, ensalmos contra enemigos, recetas para hacer llover e incluso
conjuros para encontrar tesoros ocultos.
Los
monjes no se decidieron a destruir el tal libro , sin que se sepa el motivo, y lo
guardaron bajo siete llaves. Pero como al cabo, todo se sabe, cundió la fama
del códice que nadie había visto, salvo de oídas, siendo solicitada su consulta
por toda clase de personas, desde obispos a nobles damas, pasando por guerreros
y cortesanos e incluso sospechosos peregrinos que hasta allí llegaban atraídos
por su fama.
Sin
embargo nada pudieron las intrigas , los sobornos, las influencias ni las
amenazas, contra la severa decisión de los monjes. A nadie mostraron el códice
y antes de pasar un siglo de la muerte del desterrado abad, el libro maldito
fue pasto de las llamas junto con la celda
de su penitente dueño.
A
pesar de ello, todavía hay quien dice que lo del incendio, fue invento de los
monjes para quitarse de encima aquél "sanbenito"….y que el códice está enterrado
en alguna cripta secreta o al pie del viejo tilo sagrado o que fue a parar a
manos de los patronos del lugar, los nobles Mier.
A
la sombra del sagrado tilo, que se alza junto al ruinoso templo, podemos
imaginar al desterrado Abad, sentado beatíficamente…. Quizás medita sus yerros
pasados……tal vez rumia sincero arrepentimiento…..o lee a hurtadillas el mágico
grimorio….. y añora posiblemente la vida disipada , mientras que ríe para sus
adentros .
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