Introducción

martes, 3 de abril de 2018

PIMIANGO


            
                  

        Ya hace bastante, había leído una curiosa historia, sobre este precioso pueblo  del Concejo vecino y de sus habitantes.



        Contaba aquél antiguo libro, del que ya no me acuerdo ni cómo cayó en mis manos…..que los vecinos de Pimiango, allá por el siglo XVI , o a lo mejor el XVII, se dedicaban exclusivamente a la pesca, por aquellos entonces, debía de estar esta costa repleta de pescado, moluscos, crustáceos y hasta ballenas,


   
        Decía que el pueblo estaba situado muy cerca del varadero ,  en la parte baja ,  y  que además que había  hasta dos molinos de mareas.

        Una horrorosa  galerna, se despertó repentinamente en el mar un día ,..... y sorprendió a los pescadores faenando…..y  prácticamente ninguno..... pudo  salvar la vida.    
        Quedaron solo las mujeres,  los niños y  las personas mayores e hicieron entonces un juramento de no volver a pescar nunca más, para no tener que acercarse al mar.

        La familia  Gutiérrez de Colombres, que aunque no eran de Pimiango , estaban allí asentados aunque  procedían de Noreña y siendo esta suya,  una tierra con tradición de zapateros, propusieron a los vecinos, que se podían dedicar a esta profesión.



         Ofrecieron además a sus propios artesanos de  El Palacio , la Higar  y de otras casonas, que se dedicaban a ello, para que  enseñaran  este oficio a los vecinos  .

 Y así mismo  empezaron a aprender el oficio de zapatero y a la vez comenzaron a  a hablar el Mansolea,- palabra que viene de Man : amo y Solea: suela.-


 Este habla, tenía el mismo fin que la Xiriga, que no era otro, que nadie, más que entre  ellos mismos, les entendiera.

                                                                                                         

        Hoy, se ha extendido esta voz de  manera, que a los vecinos de Pimiango se les llama así.
        Y así fue cómo viene de tradición que los Mansoleas se dedicaran a ser zapateros. 
        En nuestro Concejo los hombres iban a las Tejeras, y en Pimiango iban a los mercados con su      mercancía nueva, recibían encargos y arreglaban los zapatos.
        Tanto en un caso como en el otro, era a su regreso cuando hacían la fiesta.
       Fiestas que hoy seguimos celebrando; ya no regresan ni los tejeros ni los zapateros......pero hay fiesta

        Curiosa historia, o por lo menos a mi me lo pareció.



        Un pueblo , una historia ¿verdad? Casí siempre todo tiene su por qué, solo que en muchas ocasiones, lo asumimos como tal….. y no vamos más allá, pero siempre hay alguien dispuesto a charlar un rato contigo, - que suele ser algún mayor- y despierta la inquietud por encontrar más información sobre ello, y a veces, hay suerte …y la encuenras ¡!!!!


        ¿Pudo haber sido así?...... Pues seguramente que si….¿por qué no?



1 comentario:

  1. A mi me contaron que curtían las pieles que usaban con los taninos de la corteza de la encina. Por eso el encinar se encuentra tan bien conservado en esas tierras. Protegían lo que les daba de comer.
    Expresiones
    Piedra

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