Muy
cerca de nuestra casa, existen maravillas por descubrir, y una de ellas, es
esta que tuvimos la suerte de ver el domingo.
Se
trata de Santa María de Junco, al lado mismo de Ribadesella.
Es
una pequeña iglesia, situada en un lugar fantástico.
Ella
sola, mirando al Este, en una colina y lejos de casas y de almas de las vivas.
Solo acompañada por dos grandes tejos.
Data
del siglo XIII, y luego fue modificada en el s. XVI Y XVII, pero en la Guerra
Civil, fue destruida . (Para estas cosas
son “útiles “ las guerras).
Y
más adelante
,
en el 1.980, fue reformada por el historiador Martin Brenguer, que quiso
devolverle el aspecto inicial, más o menos.
Sobre
la portada principal, está el escudo que
pertenece a la casa de Junco, que tenían aquí un solar en el que hoy todavía se
conserva una tore. La iglesia siempre estuvo bajo el patronazgo de esta casa.
No
está en el Camino de Santiago, pero hay crónicas que hablan de una caja con
reliquias y que eran muy veneradas y visitadas, lo que te hace suponer que a
veces, los peregrinos se desviasen para venerarlas, o bien quisieran pasar por
allí de camino a San Salvador de Moru.
Estos "benitos", sabían escoger sus sitios de oración y recogimiento para construir sus iglesias, porque desde este lugar mágico, hay una vista maravillosa del Sella, llegando al mar y reina el silencio por aquellos altos.
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