Un nombre un tanto tétrico para tratarse de una casa ¿no?, y es que tiene en su fachada cuatro calaveras talladas en piedra. Los hay que dicen que ya esto es suficiente para que la casa tomara éste nombre. Otros
dicen que antes la calle hoy Bordadores, era La calle de la Muerte y que de
ahí, había tomado el nombre. Pero luego hay una cantidad de historias, y
leyendas que de entre todas las que me han contado, yo he escogido esta . Súper dramática,....y me imagino que en el caso
de que así sucediera, debió de ser un escándalo tremendo y un cotilleo como no
creo que hubiera otro que le hiciera sombra.
Don Diego, era un caballero arrogante, conocido por sus
hazañas como mujeriego, nadie ha contado nada de si era guapo y apuesto, pero
supongo que si, y también era muy
conocido por los duelos que tenía con los maridos de sus amantes, claro, en
aquélla época que estaba tan de moda que por un quítame allá esas pajas, te
retaban a muerte, pues por trajinarse a la mujer de otro , ni me imagino ¡¡¡¡¡ la honra ¡¡¡¡¡....,
había que retarla a duelo.
Bueno la cosa es que nuestro Don Diego, se enamoró perdidamente de una
joven recién salida del convento. Se casó con ella, y al poco de desposarla,
Doña Mencía que así era como se llamaba la ex monja, se transformó, de ser una
mujer tímida y recatada a que de pronto se volvió pícara y coqueteaba
con todos los hombres que se le acercaban.
En éstas Don Diego tuvo que marchar a la guerra y claro a
Doña Mencía le faltó tiempo para buscar amores . No se contentó con uno, no,
tenía tres, cuándo uno, cuando otro o cuando el tercero, os podéis imaginar que
era la comidilla de la ciudad.
Acabó la guerra y llegó Don Diego ...... y claro a las buenas gentes de Salamanca, les faltó tiempo
para contarle las lindezas de su querida mujer, y decidió tomarse la justicia
por su mano y así callaría a aquellas
gentes que se reían de él. Tramó un plan y dijo en casa que tenía que marchar
por unos días para ir de caza con unos amigos. Pero claro, se quedó cerquita de
su casa, vigilando a los amantes de su mujer, y en efecto fue ajusticiando de uno en uno, a los tres
amantes, pero en la última pelea Don Diego salió malherido de muerte. A pesar
de ello, se presentó ante su Mencía, que al verle lleno de sangre y mirarlo a
la cara, creo que adivinó a lo que venía, y dicen que gritaba pidiendo clemencia, pero Don Diego, firme y
con el orgullo heridísimo además de a sí mismo, le dio muerte ahogándola con
sus propias manos.
Así cuentan que los encontraron al día siguiente los criados
de la casa, a Don Diego agarrado al cuello de Doña Mencía , los dos muertos
encima de un charco de sangre.
Y esto fue motivo suficiente como para que la casa tomara
éste nombre. Después de que pasaran estos desdichados sucesos, creo que la casa
fue habitada por una señorita que vivía sóla, y que igualmente una mañana
apareció asesinada.
Total que entre unas cosas y otras la casa estaba gafada.
Serán leyendas o no, pero cuando la pusieron a la venta, la casa no se vendía
ni a la de tres, por algo sería.
No hay comentarios:
Publicar un comentario